"No debe haber una oferta de juego tan grande en la Provincia", advirtió la gobernadora María Eugenia y mezcló al instante, frases que hacen referencia a la "transparencia" como si las salas que anunciaba cerrar se trataran de salas de juego clandestino.
Así, sin más, esta mañana la mandataria bonaerense, secundada por el ministro de Seguridad Cristian Ritondo y el titular de Lotería de la provincia de Buenos Aires, comunicaron el cierre de los casinos de Mar de Ajó, Necochea, Valeria del Mar y un Bingo de Temperley.
"Por primera vez en 23 años (en 1995 el juego pasó a depender de la Provincia), se llamará a una licitación pública para renovar la administración de 3860 máquinas tragamonedas que funcionan en siete de los doce casinos provinciales", es lo que pretenden destacar del anuncio oficial, que en paralelo, cerrará los casinos mencionados sin explicación alguna más que la de: "No creemos que deba haber una oferta de juego tan grande en la Provincia. En los próximos dos años, en la medida que vayamos equilibrando las cuentas públicas, nuestra intención es seguir restringiendo la oferta del juego", según dijo la propia Vidal.
El cierre de los casinos de Mar de Ajó y Valeria del Mar deja sin trabajo a 120 personas que se suman a la lista de despedidos de la administración de María Eugenia Vidal en el marco de un ajuste, aunque para convalidarlo utilice eufemismos como "querer frenar el avance del juego".
La sala de Mar de Ajó significó una larga lucha de los vecinos y dirigentes del Partido de la Costa el lograr tenerla. Durante la década del 90 se profundizaron las negociaciones y recién sobre el final de esa década se consiguió que se instalara en Mar de Ajó un Casino.
Hasta ese entonces, en los bingos aun no proliferaban los tragamonedas y quienes buscaban los tradicionales juegos de azar que ofrecen los casinos debían ir a Pinamar (Valeria del Mar con exactitud) o Mar del Plata. La radicación del Casino de Mar de Ajó no sólo significaba puestos de trabajo para muchos residentes, sino también, fuentes de trabajo indirectas a a través del movimiento que generaba esa sala, y la captación de turismo de fin de semana en temporada baja que empezó a elegir el partido de la Costa como destino porque había "algo más" para hacer cuando no es época de disfrutar de la playa.
Lo que resulta cuanto menos curioso, e inexacto, es la justificación utilizada para tomar una vez más, una medida de ajuste, y la cuasi "campaña de marketing" que a tal fin han montado algunos medios nacionales.
"Los "popes" del juego en la Provincia de Buenos Aires están a la espera de los detalles del anuncio de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal de cerrar tres casinos en la Costa y licitar otros siete, además de las tragamonedas habilitadas en la Provincia. Entre ellos están Boldt, que pisa fuerte en los casinos, y Codere, Ricardo Benedicto y el presidente de Boca Daniel Angelici, que manejan el grueso de los bingos. Las empresas de juego en Provincia facturan millonarias sumas", sostenía una publicación de TN, que no discierne la diferencia de Casinos, Bingos y máquinas tragamonedas.
De acuerdo a la Constitución de la provincia de Buenos Aires sancionada durante la gobernación de Eduardo Duhalde, los casinos son exclusivamente de gestión estatal. No existen en territorio bonaerense "casinos privados" y lo único que puede concesionarse son servicios o máquinas tragamonedas que van por cuerda separada. Por ende, las salas cerradas en el día de hoy son fundamentalmente empleados estatales dependientes de la provincia de Buenos Aires que se quedaron sin sus puestos de trabajo y que en nada afecta a los "popes" del juego.
En tal caso, lo que roza a los apellidos fuertes del juego son las máquinas tragamonedas. Boldt explota unas 3.500 máquinas y está además de los Bingos, en 9 de los 12 casinos bonaerenses. Codere es fuerte en los bingos; Daniel Angelici, (Presidente de Boca y amigo íntimo de Mauricio Macri) es otro de los empresarios del sector. Tiene el bingo de Pergamino y parte del de Ramallo.
Daniel Mautone, el bingo de Chivilcoy y salas en San Bernardo, Santa Teresita, Mar de Ajó y San Clemente. La UTE formada por Hapsa (Hipódromo de Palermo) y Benedicto, maneja los bingos de Los Polvorines, Olavarría y Ezeiza. Y el Grupo Midas, tiene intereses en Ciudadela, Merlo y Caseros.
Sin embargo, la explicación del gobierno provincial respecto a la "lucha contra el juego" y la búsqueda de "transparencia", sumado a supuestos llamados a licitación tiene varios puntos débiles.
En cuanto a la explotación de los Casinos, si quisieran "licitarse" como se informó en algunos medios nacionales, debería primero modificarse la Constitución de la provincia de Buenos Aires que establece que es de gestión estatal, como lo es también la quiniela, y se maneja a través de Lotería de la provincia de Buenos Aires.
Si se refiere a las salas de bingo, deberá tener en cuenta la ley 13.063 que le otorga la explotación, en la teoría, a las entidades de bien público del lugar donde se radica la sala de bingo. En la práctica, estas salas son explotadas por empresas dedicadas al juego, pero no obstante eso, le significa a las entidades un importante ingreso económico. Si el nuevo llamado a licitación modifica la ley y deja de lado las Instituciones, la ganancia irá sólo para las empresas.
En cuanto a los casinos, no hay ninguna manera, en la actualidad, que pueda concesionarse ni privatizarse su explotación. Sólo existen proveedores de máquinas tragamonedas y juego en línea que no intervienen ni en la explotación de esas máquinas ni en lo recaudado por el casino.
El único antecedente de cierre de salas de casino provinciales se remonta al año 2006, cuando algunas de las salas "del interior" permanecieron cerradas de marzo a diciembre, época en que la gestión de Loterías y Casinos de ese momento, que estaba a cargo de Franco Laporta, entre otras medidas abrió "academias" para capacitar personal y lograr de ese modo una gestión más eficiente para las arcas provinciales, que permitieran tomar personal radicado en la zona donde se encontraban los casinos y evitar tener que enviar personal del Casino Central de Mar del Plata que le significaba al erario público abonar un plus de sueldo por "desarraigo" que superaba ampliamente el sueldo que debía abonar si se tratara de alguien del lugar.
Esta medida benefició no sólo al estado provincial por el ahorro, sino también a los residentes de los distritos donde se ubicaban las nuevas salas, que en 2007 volvieron a abrir sus puertas ya con trabajadores del lugar. Gran parte de ellos, son los que hoy quedaron en la calle.
"Nosotros no podemos mantenernos en silencio ante la pérdida de fuentes de trabajo. Quienes permanecen en silencio son parte o cómplices de esa situación", advirtió Damián Comas, secretario General de la CGT regional que se declaró en "alerta y movilización" por el cierre de los casinos de Mar de Ajó y Valeria del Mar y estudia posibles medidas de fuerza.
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